5 agosto, 2015
Desde un punto de vista técnico, las apps pueden clasificarse en 3 grandes rubros, páginas web compatibles, aplicación web y aplicación nativa. Es necesario analizar los recursos con los que se cuenta y el objetivo para el que será creada la app para elegir el tipo adecuado que se desarrollará ya que esto impactará en el tiempo del desarrollo y en la experiencia final del usuario.
Es simplemente una versión móvil de una página web, no son específicas para un dispositivo o sistema operativo. Son diseñadas con HTML 5 y CSS3 para ser vistas en cualquier resolución y puede ingresarse a través del navegador que tienen por defecto los dispositivos (Safari en el caso del iOS) o uno de terceros instalado por el usuario (Firefox Mobile u Opera).
Es una aplicación web hospedada en un servidor, pero su interfaz de usuario simula una app nativa del dispositivo (iOS, Android, Windows Phone) aunque corre a través del navegador web del dispositivo. El usuario puede crear un icono o acceso directo en la pantalla de inicio del dispositivo y al igual que la página web, se pueden desarrollar con HTML 5 y CSS3.
Es una aplicación que se adquiere a través de la tienda de apps del sistema operativo (AppStore, Google Play o Windows Store) y reside en el dispositivo, aunque puede requerir descargar datos a través del acceso a la web. Para su desarrollo se requiere de una cuenta de desarrollador, un SDK (Software Development Kit) y conocer el lenguaje de programación específico de cada plataforma.
El tipo de app que selecciones por implementación, dependerá del tiempo con el que se cuente para desarrollarla, el presupuesto y el objetivo que se busca cubrir.